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Buenos Aires, Argentina
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Jack Nicklaus
Jack Nicklaus
open 2007
Y un día el sueño que alimentó desde chico en Tucumán se hizo realidad nada más y nada menos que frente al campeón del Masters -entre otros grandes jugadores- y en un diseño pensado y construido por Jack Nicklaus. César Costilla, aquel niño que practicaba con ramas de árboles y corchos de sidra en una infancia difícil, recibió de manos de Roberto De Vicenzo ese trofeo que le había prometido a sus dos pequeñas hijas que lo esperan con los brazos abiertos en Yerba Buena.
“Cumplí mi sueño y el de mis hijas, no sé que más puedo decir, no me salen las palabras”, dijo emocionado en el green del 18 el flamante ganador del 104° VISA Open de Argentina, que con una tarjeta final de 74 golpes (+2) y un total de 282 (-6) derrotó por un golpe a Julio Zapata y Paulo Pinto, quienes aprovecharon la debacle de Scott Dunlap y Andrés Romero para terminar con una gran actuación en este campeonato que por primera vez se disputó en un campo diseñado por Jack Nicklaus, Nordelta Golf Club.
El desenlace del torneo no pudo ser más emotivo: el viento hizo nuevamente de las suyas y una vez más fue el gran protagonista del día. Los greens, además, se fueron secando y cada vez era más difícil dejar la pelota cerca de la bandera. A pesar de un buen inicio con birdie en el hoyo 2, Costilla comenzó a convivir con la presión y los nervios a partir del hoyo 3 cuando se fue con un doble bogey. Sin embargo, tenía una ventaja: ni Dunlap ni el Pigu Romero estaban enfocados y empezaron a perder terreno rápidamente, sobre todo el jugador del PGA Tour, quien firmó una tarjeta de 81 golpes (+9) para finalizar en el décimo lugar.
“Cuando el Pigu ya estaba lejos de la punta empezó a alentarme y darme ánimo en cada hoyo. Eso me ayudó porque me sentí apoyado todo el tiempo y por momentos me sentía muy cómodo en la cancha, como en mi casa”, dijo Costilla, quien se crió con Romero al costado del Jockey Club de Tucumán en Yerba Buena. Más allá del apoyo de su compañero de juego, el campeón no se soltó como sí lo había hecho el sábado y, más allá del birdie en el complicado para 4 del hoyo 6, cometió el segundo gran error del día cuando se fue al agua en el par 5 del 8 y cerró con doble bogey para perder los cinco golpes que llevaba de ventaja al tee de ese hoyo.
Detrás, en silencio, Paulo Pinto y Julio Zapata, arrancaban las máximas ovaciones de la jornada y construían dos vueltas de golf que los ponían en situación de pelear por el título. Un birdie desde 30 metros en el hoyo final le dio al cordobés la posibilidad de terminar como líder en el club house con cinco golpes bajo el par después de sellar la mejor ronda del día con 66 golpes (-6). El de Rafaela, en tanto, confirmó que le sienta bien jugar en Argentina y hasta el hoyo 18 lo puso en aprietos a Costilla, que venía dos grupos detrás.
Zapata bajó el 10, 11 y 13 y llegó por primera vez a la punta del torneo después de que el tucumano subiera el par 5 del 13. Salvó muy bien el par en el 15, falló para birdie en el 16 y 17 y pegó un muy mal tiro de salida en el 18. Desde allí, no pudo hacer approach y putt y cerró con bogey en ese tremendo capítulo final. Los 69 golpes (-5) lo dejaban empatado con Paulo Pinto y solo un error de Costilla le daría la chance de llegar al playoff. Pero el ganador del Abierto de Misiones de 2006 hizo todo bien de tee a green en los últimos hoyos y después de pegar un hierro 3 desde 218 yardas en el 18 comenzó a sentenciar la historia a su favor. “Traté de respirar profundo antes de pegar ese tiro, sabía que tenía que dejarla en el green, nada más. Y salió perfecto, es más, jugué muy bien el putt pero la pelota saltó en la línea porque creo que de lo contrario la embocaba”, agregó. No hizo falta el birdie. Sólo 30 centímetros lo separaban de aquel sueño que desde chico, con aquellas ramas en la mano, creyó que nunca sería posible. Le ganó a Angel Cabrera, en una cancha Nicklaus y le entregó el premio Roberto De Vicenzo: “demasiado bueno para que sea real”, murmuró y se fue con su copa, la que le prometió a sus hijas y por la que tanto luchó después de batallar durante cuatro días contra esas figuras que siempre idolatró.
EMILIANO GRILLO NUEVAMENTE GANÓ LA COPA PEREYRA IRAOLA
Emiliano Grillo ganó por segunda vez en su corta carrera como golfista la Copa Pereyra Iraola, reservada para el mejor aficionado del Abierto de la República. La primera oportunidad en la que levantó el trofeo fue en Buenos Aires Golf Club hace dos años.
“Básicamente la diferencia entre este campeonato y el de 2007 es que durante todos estos meses mejoré mucho mi juego; pero además trabajé en lo psicólogico para lograrlo, preparándome de un modo distinto para encarar cada competencia; sin dudas, eso me ayudó mucho”, admitió el jugador oriundo de la ciudad de Resistencia que jugará la próxima Copa de las Américas en enero de 2010.
Sabiendo que sus dos últimos días no fueron buenos, Grillo admitió que un décimo tercer puesto en la clasificación general de un Abierto de la República es una posición importante, “sobre todo porque esta una cancha difícil y porque además jugué con muchos profesionales experimentados”. Con un total de 294 golpes (70-67-78-79), el aficionado igualó en posiciones con Juan Ignacio Gil, Vicente Fernández, Daniel Barbetti y César Monasterio.
Hace pocos meses, Emiliano ganó el Ping Invitational, el último certamen de la temporada de la American Junior Golf Association, con el que subió al cuarto puesto del Polo Golf Ranking. En julio se había adjudicado el primer lugar del Callaway Golf Junior World Golf Championships, y a su regreso a Argentina defendió con éxito el Abierto del Litoral, ganando semanas más tarde la clasificación individual de la Copa Tailhade 2009 en Los Lagartos Country Club.
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